Según el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, en caso de que los gobiernos europeos no acaten dicha ratificación, la Unión Europea (UE) se convertirá en el “hazmerreir” de sus socios de la comunidad internacional.
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Actualmente, tienen en marcha un plan para reformar el mercado de las telecomunicaciones, donde la tecnología 5G es una de las grandes protagonistas, y se espera que en 2025 la cobertura para estas redes sea total en los países de la Unión.
También es previsible que se plantee una propuesta legislativa para ampliar el “Plan Juncker” de inversiones estratégicas más allá de 2018, tras haber cumplido un año de vigencia y movilizado unos 100.000 millones de euros en inversiones. “Hay divisiones y a menudo existe fragmentación (.) lo que está dejando margen para un populismo galopante”, agregó.
No obstante, ofreció pocas claves sobre las negociaciones con Londres, que la Unión Europea insiste en que no pueden comenzar hasta que la primera ministra británica Theresa May inicie formalmente la cuenta regresiva de dos años para la salida de Reino Unido. El voto a favor del “Brexit” en junio, en el que los británicos abogaron por abandonar la UE, es para Juncker sólo un síntoma de esa crisis.
Nigel Farage, un líder de la campaña a favor del Brexit, dijo que el discurso había sido más de la vieja y mala UE en su ansia de acaparar poder.
“Nos gustaría alcanzar un acuerdo rápidamente para la salida” de Reino Unido, destacó Juncker.
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Por otra parte, indicó que la seguridad de las fronteras también supone que se debe dar prioridad al intercambio de información sobre inteligencia y que con ese objetivo, la CE quiere reforzar Europol, la Oficina Europea de Policía, para darle mejor acceso a las bases de datos y más recursos. “La Unión Europea como tal no está en riesgo”, aseguró el funcionario, según consigna Reuters. También pretende ofrecer conexión gratuita en las plazas públicas en los centros de las ciudades para 2020. En ese contexto, Bruselas presentó el pasado día 5 un propuesta “correcta en el plano técnico, según ha defendido Juncker ante la Eurocámara, pero que “no cumplía la promesa” de eliminar totalmente los costes por itinerancia”.
